Satisfaciendo las necesidades del programa planteado por el promotor, se toma la decisión de reestructurar lo mínimo indispensable para adaptar el edificio a su nuevo uso, mediante la eliminación de tabiquería y otros cambios menores. También se llevan a cabo labores de mantenimiento tales como saneamiento de humedades o limpieza y repaso de fachadas. Finalmente, se dota al edificio de un cierto interés mediante el adosamiento de un volumen confeccionado con una estructura metálica capaz de organizar los flujos de personas y conseguir que las aulas tengan unas dimensiones considerables.